Ante situaciones extraordinarias, organizaciones extraordinarias.
La pandemia azotó con mucha dureza a nuestras organizaciones, paralizando su actividad, y obligando a afrontar situaciones sanitarias muy complicadas. Además, puso de manifiesto que muchas personas con discapacidad llevan mucho tiempo confinadas, con pocos espacios o entornos en los que tener una vida plena.
A pesar de las dificultades y de la escasez de medios, profesionales, voluntarios, familias y personas con discapacidad intelectual o del desarrollo dimos lo mejor de nosotros para prevenir y atajar las circunstancias que fueron surgiendo.
Desde la Fundación Aprocor se adaptó la forma de trabajo para llegar a todas las personas que precisaban de apoyos. Los profesionales modificaron su forma de trabajo para desplazarse a los lugares dónde estaba cada persona, tejer redes de apoyo y encontrar oportunidades en el entorno más cercano.
Durante este tiempo hemos trabajado mucho para lograr una mayor flexibilización de los apoyos, adaptándonos a la realidad y necesidades de cada familia. Hemos podido prestar apoyos en nuestros centros, como siempre, pero también nos hemos desplazado hasta los entornos en los que estaba cada persona para apoyarlas allí y hemos creado sistemas para apoyar en la distancia.
También ha sido un año de romper con la brecha digital que a veces nos separaba de una parte las personas y sus familiares. Hemos aprendido a marchas forzadas a mantenernos conectados a través de las nuevas tecnologías, y hemos podido poner en marcha una gran oferta de actividad virtual para aquellas personas que debían quedarse en su domicilio.
Nuevas situaciones requieren de nuevas formas de apoyar y de evaluar los resultados. Por eso, hemos estado en continuo proceso de aprendizaje y creación de metodologías que nos permitieran apoyar a cada persona y evaluar de forma efectiva que lo hacemos bien.
#TanCercaComoSiempre.